miércoles, 29 de mayo de 2013

MOTIVOS Y SU IMPORTANCIA EN LA REGULACIÓN DEL COMPORTAMIENTO

 MOTIVOS Y SU IMPORTANCIA EN LA REGULACIÓN DEL COMPORTAMIENTO

         La  subordinación  de los  Motivos se da por el  choque  entre  la

         tendencia  del  niño  a  la   acción   inmediata   y  la exigencia

         directa  o  indirecta  del adulto a actuar según un modelo dado.


         Es  la  subordinación  de los actos propios a la  imagen  que  los

         orienta,  como  un  Modelo;  esto  es  por el surgimiento  de  las

         representaciones primarias. Que  es un proceso de  asimilación  de

         los  modelos  de  conducta, relacionados con la evaluación que les

         dan los adultos.


         De la subordinación de los motivos, que aparecen en los inicios de

         la  edad preescolar y se desarrollan a lo largo de la misma; surge

         un nuevo tipo  de  conducta,  que  aparece   mediada    por    los

         modelos   orientadores  de  conducta, cuyo contenido radica en las

         funciones sociales de los adultos, en  sus  relaciones  hacia  los

         objetos y entre s¡.


         Los   diferentes   tipos   de  actividad  que  aparecen  en   este

         período se caracterizan, en que est n cada  vez  m s  estimulados,

         no  por  los  motivos  aislados  entre  si, sino por un sistema de

         motivos mutuamente subordinados.


         Los  motivos  aparecen en razón de las condiciones concretas de la

         educación y de las relaciones que se forman entre el  niño  y  los

         adultos,  que  condicionaría  la aparición de motivos subordinados

         entre  si.  As¡,  en  un  niño,  u  otro  niño,  puede  observarse

         motivos rectores al  que  se  subordinan  los  demás,  el  interés

         inmediato  hacia  el  contenido  de  la  actividad, los motivos de

         significado social o los motivos de autoevaluación.


         Esta correlación puede ser m s o menos estable y  manifestarse  de

         manera   diferente,   en  distintos  tipos  de  actividades  y  en

         diferentes condiciones. Motivos de diverso contenido tienen  lugar

         también  en  distintos tipos de actividades del  niño  preescolar.


         Matiushina  (en  kraftchenko  y  Cruz, 1995) concluye en cuanto al

         desarrollo de  los motivos en niños de 2-3 años. Que los niños  de

         esta edad son muy indecisos e inestables en la toma de decisiones,

         resultándoles difícil refrenar sus deseos.


         El   control  de  la  conducta  en  esta   etapa  depende  de  las

         influencias simpráxicas del medio, por lo que esta se logra por la

         aprobación, los elogios, as¡ como la reprobación y el  miedo  ante

         el castigo.


         Los  niños,  de  esta  etapa,  no  subordinar  sus impulsos a  las

         reglas sociales. Los  deseos  del  niño  coexisten  unos  junto  a

         otros, no correlacionándose entre s¡.


         En este sentido las  primeras  limitaciones a la conducta del niño

         est n  vinculadas a las relaciones  de estos con los adultos,  con

         los  estímulos  o  los castigos por parte de estos.


         La lucha de los motivos en  esta  edad  se  manifiesta  muy  raras

         veces; las acciones de los niños tienen en la mayoría de los casos

         un carácter impulsivo. Por lo que la subordinación de  los  deseos

         a motivos, en la edad anterior a la preescolar no existe.


         Es por eso que Matiushina (op. ct) considera que los niños  de  3

         a  5  años, no reprimen  con  facilidad  sus  impulsos inmediatos,

         la prohibición directa del adulto, no reforzada por otros  motivos

         complementarios,  actúa  como  limitante más débil de los impulsos

         inmediatos.


         En esta etapa, a la edad de 3 a 5 años, el estimulo y  la  sanción

         constituyen  el  motivo  m s  fuerte;  al principio la palabra del

         adulto, comienza a  surtir  efecto, controlando  la  conducta  del

         niño,   pero   todavía  este  control es   muy  débil; cuando  más

         prolongada   sea  la  lucha  de  los  deseos  inmediatos   y   los

         motivos-limitantes,  por  ejemplo  la  instrucción  negativa del

         adulto, tanto mayores sean las probabilidades de que  venzan  los

         deseos;  los   motivos  de carácter   moral  comienzan  a  ejercer

         su  influencia  sobre  el resultado  de la lucha de  los  motivos,

         pero  con  menor  eficacia que los motivos inmediatos que provocan

         los estímulo y la reprobación. Solo en etapas tardías los  motivos

         asumen  características  ideales,  en  ese momento el niño deja de

         depender de la situación inmediata.


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